Ayuso convierte el genocidio en Gaza en su campo de batalla contra Feijóo
La presidenta madrileña lleva la crisis internacional a un pulso de liderazgo interno
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El Partido Popular atraviesa uno de sus momentos más delicados ante el auge de Vox desde que Alberto Núñez Feijóo asumió el liderazgo en 2022. El genocidio en Gaza, reconocido como tal por la Comisión Internacional de Investigación de la ONU, ha abierto una grieta dentro de un partido que sigue sin resolver cómo se relaciona con la ultraderecha y, a ratos, se mimetiza con ella. Y en esa grieta, Isabel Díaz Ayuso ha encontrado la oportunidad para lanzar un pulso interno, disputar la agenda y reforzar su proyección como alternativa a un liderazgo que no termina de consolidarse.
El episodio más visible estalló el pasado domingo, cuando la última etapa de la Vuelta ciclista a España en Madrid fue cancelada tras las multitudinarias protestas propalestinas en el centro de la capital. Las imágenes del pelotón detenido, las manifestaciones por parte del recorrido y la suspensión del podio final se convirtieron en noticia internacional. Mientras Pedro Sánchez elogió la movilización ciudadana como expresión de solidaridad y “causa justa”, el PP buscó culpar al Gobierno de la “vergüenza internacional”.
Ayuso no tardó en llevar la polémica al extremo. Comparó las protestas con el asedio a Sarajevo, aquel mismo en el que francotiradores disparaban a civiles desarmados, y denunció la “demonización de la única democracia de Oriente Próximo”. El lunes, en entrevista radiofónica, reforzó su relato acusando al Gobierno de dejar sola a Madrid ante la violencia y prohibiendo la presencia de banderas palestinas en colegios, en un gesto simbólico de clara confrontación con la comunidad educativa, a diferencia de lo que ocurrió con las banderas ucranianas tras la invasión rusa. Su objetivo era evidente: llamar la atención, capitalizar la indignación y situarse como la voz más dura frente a Sánchez, a la vez que marca distancias con Génova 13.
Un dato: la preferencia como presidente del Gobierno de Feijóo entre los votantes del PP es de solo el 39%, mientras que Ayuso, sin ser candidata, alcanza el 10,5%, según el último barómetro del CIS.
El líder del PP reaccionó en el Congreso con un cambio de tono. Por primera vez habló de “masacre de civiles” en Gaza y subrayó que “los palestinos no son terroristas”. No llegó a utilizar el término “genocidio”, pero endureció su posición para alinearse con el clima europeo, donde Ursula von der Leyen ha respaldado la ruptura de relaciones comerciales con Israel.
El giro buscaba escapar de la pinza entre un Gobierno que abandera la causa palestina y Vox —así como el ala dura del PP— que defiende sin fisuras al Gobierno de Netanyahu. Para entonces, la dirección nacional del PP ya había cometido un error mayúsculo al identificar el apoyo a Palestina, así como la condena y calificación de genocidio exclusivamente con Sánchez, cuando en España esta cuestión cuenta con un 82% de respaldo social, según los sondeos. Una mayoría transversal que deja a Feijóo en la incómoda posición de parecer insensible ante lo que su propio electorado también percibe como una barbarie.
Muy buenas, recordar también que el mismo estudio del instituto el cano muestra que los españoles tienen una opinión positiva de los judíos.
No es solo apoyar a los palestinos frente al ejercicio de fuerza de Israel. Es también condenar los ataques del gobierno de gaza, y tambien separar al "pueblo israeli" de su gobierno, igual que se está haciendo con los palestinos y sus gobiernos.