Estados Unidos–Venezuela: la escalada que transformó el Caribe en un tablero de poder
Un pulso de poder que marca el futuro inmediato de la región
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Durante dos décadas, la relación entre Estados Unidos y Venezuela ha pasado por ciclos de tensión, sanciones y retórica inflamada. Sin embargo, 2025 ha marcado un punto de inflexión. Bajo el segundo mandato de Donald Trump, Washington ha reconfigurado su política hacia Caracas y convertido el Caribe en un escenario de confrontación abierta, donde se cruzan intereses energéticos, acusaciones de narcotráfico, operaciones militares y diplomacia fallida.
La crisis ya no es un enfrentamiento ideológico: se ha transformado en una competencia estratégica que impacta a toda la región.
Un giro conceptual: de rival político a amenaza criminal
La Administración Trump dio un paso que modificó por completo el marco del conflicto: catalogar al “Cartel de los Soles” como una organización vinculada al terrorismo internacional. Esta narrativa, que asocia sectores del alto mando venezolano con el narcotráfico, permitió justificar un mayor uso de herramientas militares y judiciales.
Para Washington, Venezuela dejó de ser una dictadura autoritaria para convertirse en un Estado criminal. Para Caracas, esa definición fue la señal definitiva de que EE.UU. no buscaba negociar, sino “imponer un cambio de régimen por la fuerza”. Este cambio conceptual fue el preludio de la escalada.
El mayor despliegue militar en el Caribe desde 1989
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