ComPol #2 Lecciones comunicativas de la campaña de Catherine Connolly
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🇮🇪 En un país acostumbrado a presidentes de perfil institucional y bajo riesgo, Catherine Connolly rompió el guion: sin partido grande detrás, sin financiación millonaria y con un discurso moral directo, conquistó la Presidencia de Irlanda con más del 63% de los votos. Su campaña redefine qué significa hoy comunicar credibilidad política en tiempos de cinismo.
🧭 El contexto: la fuerza del voto moral
El 24 de octubre de 2025, Irlanda eligió como presidenta a Catherine Connolly, diputada independiente y ex vicepresidenta del Parlamento, con el mayor porcentaje de primera opción desde que existe el cargo. La campaña parecía rutinaria: un proceso sin grandes sobresaltos, baja participación y candidaturas de los partidos tradicionales (Fine Gael y Fianna Fáil). Pero Connolly convirtió una elección previsible en un plebiscito moral sobre la clase política, transformando el desinterés ciudadano en energía simbólica.
“No represento a un partido. Represento una idea de país que no quiere seguir igual.”
El dato fue demoledor: 63,4% de los votos válidos emitidos. Una victoria que no solo consagró a Connolly como presidenta, sino que redefinió el papel político de un cargo ceremonial, devolviéndole su potencial ético y cultural.
🧠 El relato del cambio institucional
Catherine Connolly, de 69 años, psicóloga y abogada, hija de familia trabajadora de Galway, lleva más de dos décadas defendiendo causas sociales: vivienda, medioambiente, derechos humanos y salud mental.
Su estilo: directo, calmo y racional.
Su mensaje: claro, coherente y profundamente ético.
A diferencia de otras candidaturas progresistas recientes en Europa, Connolly no apeló al antagonismo, sino a la honestidad institucional. Hizo algo muy poco habitual en política contemporánea: convocar sin dividir.
“Podemos cambiar la política sin gritar. Podemos representarnos con dignidad.”
Su relato no se basó en promesas, sino en coherencia: décadas de trabajo local, independencia partidista y consistencia moral. El resultado fue una narrativa transversal: ciudadana, no ideológica.
💬 Lo que hizo diferente su comunicación
Institución + cambio: el equilibrio perfecto
Supo representar crítica y estabilidad a la vez. Su discurso no atacó al sistema: propuso renovarlo desde dentro, lo que amplió su base electoral más allá de la izquierda.Historia personal convertida en metáfora colectiva
Su biografía (educación pública, vivienda social, psicología y derecho) encarnó la historia de muchas familias irlandesas. No fue identidad, fue espejo.Coalición progresista cohesionada
Recibió apoyo simultáneo de Sinn Féin, Labour, Social Democrats y Verdes. Una unión táctica que evitó dispersión de voto y proyectó alternativa creíble.Campaña sobria y emocionalmente adulta
Sin sloganes agresivos ni estéticas saturadas. Visuales limpios, voz pausada, tono reflexivo. Su comunicación no pedía entusiasmo: generaba respeto.Discurso internacional con coraje moral
Defendió públicamente la neutralidad irlandesa, la ayuda humanitaria y la causa palestina. Demostró que el liderazgo moral puede ser rentable electoralmente.
📲 Estrategia digital: visibilidad sin artificio
En un entorno donde la política digital se mide por viralidad, Connolly apostó por la visibilidad lenta: videos breves, sin filtros ni guion, grabados en espacios cotidianos (oficina, biblioteca, cafés de Galway).
Su equipo priorizó tres ejes:
Lenguaje directo y pausado, sin tecnicismos.
Presencia coherente en medios locales antes que saturación nacional.
Interacción real con comunidades digitales pequeñas, especialmente activistas y asociaciones sociales.
Su comunicación no buscaba engagement, buscaba legitimidad.
📍 Lección: la confianza digital no se construye en masa, sino en microcomunidades.
🧩 Cinco aprendizajes para la nueva comunicación política
La autenticidad se planifica.
Connolly muestra que ser “auténtico” no es improvisar, sino sostener una coherencia entre biografía, discurso y propósito.Los liderazgos morales necesitan estructura.
Su independencia no implicó aislamiento: se apoyó en una red sólida de activistas y partidos aliados.Menos es más (también en tono).
En la era del grito digital, la serenidad puede convertirse en poder simbólico.La transparencia como relato.
Sin storytelling excesivo: su comunicación es casi documental. La verosimilitud se impone al artificio.El poder del discurso cívico.
Frente a la retórica populista, su victoria muestra que la ciudadanía sigue respondiendo a mensajes basados en respeto, no manipulación.
💡 Aplicación práctica: cómo adaptar el modelo Connolly a tu campaña
1. Construir autoridad desde la coherencia
Define 3 principios innegociables y aplícalos en cada canal y aparición pública.
Coherencia repetida = reputación.
2. Transformar experiencia en valor simbólico
Convierte tu biografía en una historia colectiva.
“Mi historia” → “nuestra experiencia”.
3. Priorizar lo moral sobre lo emocional
No busques emoción inmediata: genera confianza prolongada.
Evita la euforia del corto plazo; apuesta por el respeto acumulado.
4. Comunicar lentitud
En un entorno acelerado, el ritmo pausado es contracultural y diferenciador.
La serenidad comunica poder.
🔎 En clave internacional
La victoria de Connolly marca un punto de inflexión en la comunicación política europea: un liderazgo femenino, maduro, no carismático en el sentido tradicional, que gana desde la calma y la ética.
En plena crisis de confianza democrática, Irlanda lanza un mensaje al resto de Europa: la integridad puede volver a ser electoralmente rentable.
“No es necesario prometer un nuevo mundo. Basta con comportarse como si ya existiera.”
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