🇺🇸 Trump gana con claridad las presidenciales en Estados Unidos
El 47º presidente contará con el control de la Casa Blanca, la Cámara de Representantes, el Senado y un Tribunal Supremo que le es favorable
La victoria de Donald Trump y el control republicano total sobre la presidencia y ambas cámaras marcan otro antes y después en la política estadounidense, con repercusiones significativas tanto en el ámbito interno como en la arena global. Una victoria que se ha materializado gracias a su triunfo en estados bisagra como Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte, Michigan o Wisconsin. Además, los republicanos se han asegurado el control del Senado con victorias cruciales: como las de Bernie Moreno en Ohio, Jim Justice en Virginia Occidental y Deb Fischer en Nebraska.
Este nuevo triunfo de Trump se enmarca en una ola reaccionaria que amenaza con moldear la política occidental durante los próximos años y transformar profundamente las democracias tal y como las hemos conocido. En su discurso de la victoria, Trump también ha dejado constancia de la mutación profunda que ha sufrido el Partido Republicano, con referencias constantes no a su formación, sino al movimiento político MAGA (Make American Great Again) que ha articulado en torno a su figura. Un ejemplo de como la derecha más radical ha parasitado al GOP.
Las causas de esta contundente victoria se encuentran no solo en la batalla cultural, sino también y sobre todo en una serie de factores económicos y cambios en el comportamiento que no solo alteran el mapa político, sino que también reflejan una transformación en las lealtades de algunos grupos sociales y étnicos clave.
El papel de la economía, y en especial el de la inflación, ha sido central en esta elección. La inflación ha tenido un impacto profundo en el ánimo de los estadounidenses. El aumento constante en el coste de la vida y la presión sobre el bolsillo han generado un malestar generalizado. Este descontento ha sido especialmente significativo en sectores de clase media y trabajadora, quienes sienten que los demócratas no han logrado responder eficazmente a sus necesidades económicas diarias.
Esta lección es, nuevamente, relevante para otros países, como por ejemplo España. No importa tanto los datos macroeconómicos como la situación de los hogares, así como la percepción, las expectativas y los horizontes materiales y vitales con los que cuenta la ciudadanía.
La campaña de Trump ha captado también la atención y el apoyo de grupos que, tradicionalmente, han mostrado mayor afinidad con el Partido Demócrata. Uno de estos grupos ha sido la comunidad latina, que han crecido en importancia como bloque electoral, han mostrado una inclinación cada vez mayor hacia los republicanos.
Otro grupo significativo ha sido el de hombres jóvenes de minorías. El discurso de Trump, que mezcla un enfoque pragmático con promesas de éxito individual, ha resultado atractivo para muchos hombres jóvenes que buscan oportunidades económicas y de emprendimiento.
Ambos factores se juntan a una falta de movilización masiva del voto femenino en torno a Kamala Harris que sirviese como revulsivo electoral. A lo que se añade a una desmovilización generalizada de los demócratas que pierden en voto popular por primera vez en veinte años.
En definitiva, con Trump ha ganado lo que Antoni Gutiérrez Rubí ha calificado como una manera de entender la vida en donde los adversarios son enemigos; la realidad una creencia; el Estado un lastre; y la vida una competición descarnada y sin contrapesos en la que el mérito no define el éxito. Gana un estilo, un modo de ser y de vivir. Una identidad.
Como último apunte, en el plano internacional, la victoria de Trump traerá consigo una reorientación significativa en la política exterior de Estados Unidos, particularmente en áreas clave como Europa del Este y Oriente Medio. Su escepticismo respecto al apoyo militar y económico a Ucrania frente a la agresión rusa envía un mensaje contundente a la Unión Europea, que deberá avanzar a marchas forzadas hacia su autonomía estratégica y defensiva. Esta postura más reservada hacia el conflicto ucraniano podría debilitar no solo la defensa de Ucrania, sino también la unidad de Occidente frente a Rusia. En Oriente Medio, la política exterior de Trump fortalecerá el respaldo al Israel de Benjamín Netanyahu.