Trump, Ucrania y los aranceles: la baza del PP contra Vox
Vox crece en las encuestas, pero enfrenta divisiones internas mientras el PP busca recuperar el control de la derecha.
La derecha española está viviendo un reordenamiento estratégico que podría alterar el equilibrio electoral de cara a los próximos comicios. Vox, que hasta hace poco parecía crecer en apoyo gracias a su discurso radical y alineado con el trumpismo, está ahora en una posición delicada. La sumisión de Santiago Abascal a Donald Trump ha abierto una brecha que el PP de Feijóo intenta aprovechar para desactivar a su competidor por la derecha. A continuación, analizamos los últimos movimientos de ambos partidos, su impacto electoral y el papel clave de la política internacional en esta disputa.
Trump y la crisis de Vox: el dilema de Abascal
La reciente crisis geopolítica generada por el regreso de Trump a la Casa Blanca ha expuesto las contradicciones dentro de Vox. Hasta ahora, el partido de Abascal había defendido un nacionalismo acentuado como uno de sus pilares fundamentales como partido ultraderechista. Sin embargo, su alineación incondicional con Trump ha generado fisuras tanto en la interna del partido como en su electorado:
El 62,7% de los votantes de Vox cree que Trump afectarán negativamente a la economía española (CIS, febrero 2025).
El 40,5% de los votantes que podrían cambiar su voto consideran al PP como su segunda opción.
Javier Ortega Smith e Inés Cañizares han cuestionado públicamente el seguidismo de Abascal a Trump, mientras que exdirigentes como Agustín Rosety han abandonado el partido criticando su "sumisión" a la Casa Blanca.
Asaja, la mayor entidad agraria y cercana a Vox, ha pedido rebelarse contra Trump por los aranceles, lo que deja a Abascal en una posición incómoda con uno de sus principales nichos de votantes.
Vox enfrenta una crisis interna con purgas y dimisiones, incluida la reciente salida de Juan García-Gallardo en Castilla y León, lo que aumenta la percepción de un partido cada vez más centralizado en la figura de Abascal, que a su vez, tampoco resulta un líder carismático que le de un plus electoral al partido.
El problema para Vox es claro: si mantiene su lealtad a Trump, pierde credibilidad como partido "patriota"; si se distancia, su base más radical podría percibirlo como una traición.
El PP encuentra "la grieta": Feijóo ataca y busca recuperar votos
Mientras Vox lidia con su crisis interna, en Génova han encontrado la oportunidad perfecta para erosionar el voto de Abascal y recuperar el terreno perdido durante los últimos meses. La estrategia del PP se basa en tres ejes principales:
"¿Es Abascal o es Obescal?"
Desde el núcleo de Feijóo han comenzado a ridiculizar la sumisión de Abascal a Trump, utilizando la torpe pronunciación del expresidente estadounidense ("Sandiego Obescal") como símbolo de su falta de autonomía.
"Nosotros defendemos a España, ellos defienden a sus aliados internacionales" es la nueva línea discursiva del PP para atacar a Vox.
Diferenciarse en política exterior
Feijóo ha enfatizado que Trump es un "aliado legítimo", pero que España no puede aceptar todo lo que haga.
Ha acusado a Vox de "hacer oposición a Zelenski y a Feijóo, mientras el PP la hace a Sánchez y a Putin".
Mientras Vox justifica la bronca de Trump a Zelenski, el PP ha cerrado filas con la UE y la OTAN, buscando atraer al votante conservador más tradicional.
El campo y los aranceles: recuperar el voto rural
El PP ha capitalizado el malestar de los agricultores y empresarios con los aranceles de Trump.
La estrategia de Feijóo es clara: presentarse como la única derecha que defiende los intereses del campo español frente a la guerra comercia de EE.UU..
Los números: ¿hacia dónde se mueve la derecha?
Los últimos sondeos confirman que la batalla entre PP y Vox se juega en un margen ajustado:
Según el CIS de febrero 2025, el PP tiene un 17,4% de intención de voto, mientras que Vox se queda en el 9,7%.
El barómetro de 40dB para marzo 2025 muestra que el PP sigue bajando (32,2%) y el PSOE recorta distancias (29,6%). Vox es el único partido que mejoraría sus resultados respecto a 2023, con un 14,1% (+1,7).
El PP cede más de un 8% de sus votantes a Vox, mientras que Vox pierde un 5,5% hacia el partido ultra SALF y un 3,3% hacia el PP.
En cuanto a la valoración de líderes, Feijóo obtiene un 4,47 sobre 10, mientras que Abascal cae a un 2,85, reflejando el desgaste de su figura.
Estos datos muestran un panorama complejo: El PP ha identificado una fractura en Vox que puede aprovechar, pero aún no ha conseguido tomar ventaja y a su vez los de Abascal muestran buenos datos de expectativa electoral, como consecuencia, la competitividad entre ambos está aumentando. Las encuestas muestran que Vox sigue manteniendo una base sólida y, de hecho, es el único partido que mejoraría sus resultados respecto a 2023. La lucha por el voto conservador sigue abierta.
Conclusión: ¿Qué rumbo tomará la derecha?
La clave estará en cómo gestionen ambos partidos la crisis de liderazgo y la relación con Trump. Si Vox no resuelve sus conflictos internos y sigue alineado sin matices con el presidente estadounidense, corre el riesgo de estancarse e incluso retroceder electoralmente. Pero si el PP no logra ofrecer una alternativa clara y diferenciada, los votantes más radicalizados podrían seguir apostando por Abascal.
Lo cierto es que la derecha y la ultraderecha en España se encuentra en un momento de redefinición, y la batalla entre PP y Vox aún está lejos de resolverse. Las próximas semanas serán clave para ver si esta "grieta" en Vox se convierte en un problema estructural o si logran reconfigurar su discurso para mantener su ascenso.
¿Será este el inicio del declive de Vox, o encontrarán una forma de recomponerse antes de las próximas elecciones?
✉️ Gracias por leer mi newsletter. Si te ha parecido interesante, compártela y déjame tus comentarios sobre cómo ves esta batalla entre Vox y el PP.
No olvides comprar mi nuevo libro Lucha de Tribus: Mitos y verdades de la batalla política y la radicalización identitaria entre la izquierda y la derecha. Disponible en: