Vox se expande: jóvenes, abstencionistas y ex votantes del PP
La ultraderecha consolida su avance dentro del bloque de la derecha y amenaza con poner al PP contra las cuerdas
Mientras el tablero político se configura en torno a tres polos (PSOE, PP y Vox), la ultraderecha no solo resiste: crece. Los últimos datos del CIS y de la encuesta de 40dB para El País confirman un movimiento electoral de fondo que redefine el espacio de la derecha en España y amenaza con reventar la línea de flotación de la formación que lidera Alberto Núñez Feijóo. En este sentido, Vox retiene a sus votantes, seduce al PP, moviliza a abstencionistas y conquista a los nuevos votantes. Pero, además, lo hace consolidando una base ideológica radicalizada y una identidad generacional propia. No se trata de una oscilación coyuntural, sino de una transformación estructural. Vox ya no solo retiene: recluta y desplaza.
Vox se alimenta del PP: el trasvase silencioso
El dato más inquietante para el Partido Popular proviene de la transferencia de voto:
El 13,2% de los votantes del PP en 2023 afirman ahora que votarían a Vox, según 40dB.
Mientras tanto, Vox retiene al 85% de su electorado, la tasa de fidelidad más alta entre los principales partidos.
Este fenómeno refleja que Vox no solo consolida su base, sino que gana terreno dentro del mismo segmento donde el PP debería liderar: votantes conservadores, jóvenes o ideológicamente movilizados, que perciben a los populares como una oposición institucionalizada o inofensiva.
El barómetro del CIS de julio de 2025 ofrece un ángulo adicional que refuerza esta tendencia:
El 13,7% de quienes votaron al PP en 2023 votarían ahora por Vox.
A la inversa, solo el 9,7% de antiguos votantes de Vox se decantan por el PP.
Es decir, el CIS muestra que el saldo neto es claramente favorable a Vox en el intercambio con el PP. Además, Vox retiene al 78,4% de su electorado de 2023, frente al 68,6% que conserva el PP, lo que evidencia una base más fiel y movilizada.
Aunque el PP logra captar algo de voto de retorno, la capacidad de Vox para atraer votantes populares desencantados, especialmente entre los más jóvenes, refuerza su posición como polo autónomo y competitivo dentro del bloque de la derecha.
La clave está fuera: nuevos votantes y abstencionistas
La auténtica expansión de Vox se explica mejor mirando fuera del voto tradicional. Según el CIS de julio de 2025, Vox obtiene apoyo principalmente de tres grupos externos al voto fiel:
24,2% de quienes no tenían edad para votar en 2023 votarían ahora por Vox.
16,5% de quienes no votaron en las generales de 2023 optarían hoy por Vox.
Además, Vox consigue un 15,2% entre quienes en 2023 votaron a “otro partido”.
En todos estos segmentos, Vox supera claramente al PP, que obtiene:
12,6% entre nuevos votantes,
11,5% entre quienes no votaron,
y un 10% entre votantes de otras formaciones.
Esta capacidad de conectar con los márgenes —la desafección, la juventud sin recuerdo político y el voto apático— convierte a Vox no solo en una fuerza de radicalización ideológica, sino en una plataforma de integración del malestar difuso. No es únicamente un partido de ruptura: es un catalizador para quienes no se sintieron representados en 2023.
El PP, en cambio, sigue anclado principalmente en su propio electorado de retorno, lo que limita su crecimiento estructural. Su avance en segmentos no convencionales —como el abstencionismo, el voto protesta o los nuevos votantes— es mucho más modesto.
La brecha de los 45 años: una generación para Vox
El patrón generacional es tan marcado como en su día lo fue con Podemos o Ciudadanos. Vox se consolida como el partido preferido entre los más jóvenes, y pierde fuerza de forma continua a medida que avanza la edad.
Vox concentra su fuerza entre los menores de 45 años, con especial intensidad en la franja de 18 a 44 años, donde supera el 20% de intención de voto. A partir de esa edad, comienza una pérdida progresiva de apoyo, frente al crecimiento del PSOE y del PP en los segmentos de mayor edad.
Este patrón confirma que Vox no es el partido de la nostalgia, sino el de la impaciencia, y que está sabiendo movilizar a las generaciones más jóvenes a partir de discursos identitarios y de ruptura.
Disputa en el eje ideológico: hegemonía radical
El otro frente en el que Vox avanza con fuerza es el ideológico. Si el PP domina entre los electores que se ubican entre el 6 y el 8 en la escala ideológica (centro-derecha), Vox es claramente hegemónico en la extrema derecha (10).
Vox no solo domina el extremo derecho (46% frente a 28,5% del PP), sino que compite en los segmentos 7-8. Esta reconfiguración ideológica muestra que Vox ya no es solo una fuerza radical: marca la pauta de la nueva derecha española.
¿Una nueva derecha estructural?
Vox ha dejado de ser un partido protesta para convertirse en un actor estructural del sistema político español. En julio de 2025 es:
La primera opción entre abstencionistas y quienes no tenían edad para votar en 2023.
El partido más votado entre los menores de 45 años.
Una fuerza que disputa la hegemonía en el espacio de la derecha.
Ya no se trata solo de ruido, confrontación o marketing. Vox ha conseguido traducir la desafección, la impaciencia generacional y el malestar ideológico en voto consolidado. Ha arraigado en franjas sociales que antes no tenían representación o que hoy buscan algo más que moderación. La pregunta ya no es si Vox sigue creciendo. La pregunta es si el PP es capaz de disputar con éxito el modelo cultural, ideológico y generacional que Vox está construyendo y que amenaza con liderar el bloque de la derecha.
Sensación de ver venir el desastre y de no poder hacer nada...
Los motivos serán multifactoriales, pero uno de los principales parece ser que los excesos del feminismo han hartado a los jóvenes y Vox ha sabido aprovechar ese hartazgo posicionándose como el único partido que planta cara a este neofeminismo que dejó atrás la búsqueda de la igualdad y la sustituyó por el "ahora nos toca a nosotras tener privilegios". Estamos a tiempo de recuperar a esa juventud volviendo a las políticas de igualdad de verdad.