Los motivos serán multifactoriales, pero uno de los principales parece ser que los excesos del feminismo han hartado a los jóvenes y Vox ha sabido aprovechar ese hartazgo posicionándose como el único partido que planta cara a este neofeminismo que dejó atrás la búsqueda de la igualdad y la sustituyó por el "ahora nos toca a nosotras tener privilegios". Estamos a tiempo de recuperar a esa juventud volviendo a las políticas de igualdad de verdad.
Lo que me hace gracia es que ahora hagan falta estudios sociométricos y sesudos análisis políticos para descubrir lo obvio: que mientras los dos partidos de siempre sigan haciendo lo de siempre, la tendencia es clara. Especialmente en tiempos de hastío general y desafección, sobre todo entre los jóvenes.
¿Y qué han hecho nuestros queridos Gobiernos hasta la fecha, de ambos colores? Básicamente, políticas centradas en contentar a los mayores (no vaya a ser que otro estudio sociométrico les diga que pierden su granero de voto), mirar para otro lado con la vivienda (y de paso blanquear dinero con ella), pasar olímpicamente de generar empleo de calidad o apostar por innovación, y, eso sí, aferrarse al sillón como si les fuera la vida en ello. Si hace falta vender a su madre para no soltar el escaño, se vende. Sin pestañear.
Luego se sorprenden porque los jóvenes se les van. ¿Qué esperaban? ¿Que les voten por el miedo al lobo? En un sistema que funciona como un juego de suma cero, donde se sacrifica el futuro para mantener estructuras envejecidas, lo raro sería que al final el lobo suene como un cuento dulce en comparación con lo que hay. Parece que nadie ha visto lo que ha pasado en Argentina y van a hacer lo mismo esperando que ocurra algo distinto.
Sensación de ver venir el desastre y de no poder hacer nada...
Los motivos serán multifactoriales, pero uno de los principales parece ser que los excesos del feminismo han hartado a los jóvenes y Vox ha sabido aprovechar ese hartazgo posicionándose como el único partido que planta cara a este neofeminismo que dejó atrás la búsqueda de la igualdad y la sustituyó por el "ahora nos toca a nosotras tener privilegios". Estamos a tiempo de recuperar a esa juventud volviendo a las políticas de igualdad de verdad.
Lo que me hace gracia es que ahora hagan falta estudios sociométricos y sesudos análisis políticos para descubrir lo obvio: que mientras los dos partidos de siempre sigan haciendo lo de siempre, la tendencia es clara. Especialmente en tiempos de hastío general y desafección, sobre todo entre los jóvenes.
¿Y qué han hecho nuestros queridos Gobiernos hasta la fecha, de ambos colores? Básicamente, políticas centradas en contentar a los mayores (no vaya a ser que otro estudio sociométrico les diga que pierden su granero de voto), mirar para otro lado con la vivienda (y de paso blanquear dinero con ella), pasar olímpicamente de generar empleo de calidad o apostar por innovación, y, eso sí, aferrarse al sillón como si les fuera la vida en ello. Si hace falta vender a su madre para no soltar el escaño, se vende. Sin pestañear.
Luego se sorprenden porque los jóvenes se les van. ¿Qué esperaban? ¿Que les voten por el miedo al lobo? En un sistema que funciona como un juego de suma cero, donde se sacrifica el futuro para mantener estructuras envejecidas, lo raro sería que al final el lobo suene como un cuento dulce en comparación con lo que hay. Parece que nadie ha visto lo que ha pasado en Argentina y van a hacer lo mismo esperando que ocurra algo distinto.